Atravesé la neblina
el humo y el miasma.
Gas mostaza
y una que otra excentricidad.
Mis pies desnudos
caminan sobre carbón incandescente
y alguien azota mi espalda.
No sé que habré hecho
para terminar en este lugar
pero debo apresurarme
y llegar a la tierra prometida.
Encontré una manera
de intentar compensar mis errores.
Eso es lo que importa.
No hay nada de malo
en cortar mis brazos y dejar
que fluya la inmundicia
que corre en mi interior.
Infectar esta tierra
con la poca vida que existe
en mi interior.