domingo, 24 de marzo de 2019

Seguiré tu voz.

No hay nada capaz
de hacerme recuperar
la luz perdida.

A pesar de haber buscado
durante tanto tiempo
sé que nunca conseguiré
encontrar una salida.

Estoy condenado
a vagar por siempre
en estas arenas.

El exilio me convirtió
en un hombre de hojalata
debería estarte agradecido
por mostrarme el camino.

Sabes que no hay razones
para esperar que sea distinto
pero seguiré caminando.

Triste despertar.

Siempre te he dicho
que no le temeré a la obscuridad
ni al silencio eterno.

Al vomitar sangre y ceniza
es cuando por fin recuerdo
como es que se sentía jugar
con el sabor de la muerte.

Recuerdo tus palabras
y no puedo evitar
soltar una fortísima carcajada.

Me encuentro entonces
frente a frente con el abismo
y de algún modo pareciera ser
un buen amigo mio.

No tengo nada que temer
pues he sido yo quien decidió
terminar con todo.

Sólo es otro mal día
quisiera creer aquella mentira
en la cual mañana
las cosas mejorarán.

Tus errores.

Estaré ahí afuera
esperándote.

Tienes algo que me pertenece
y no pienso marcharme
hasta haber recuperado.
Mi asquerosa alma.

Por más sucia
y corrupta que se encuentre.
es mía.

Durante la hora más obscura
cuando las pesadillas
se encuentran a flor de piel.

Emergeré desde las sombras
y me acercaré a ti
sólo para recuperar
aquello que es mio.

No pienso
manchar mis manos
con tu sangre.

No vale la pena.

sábado, 23 de marzo de 2019

Restos.

Ha vuelto aquella necesidad
de rasgar mis brazos
y ver como la sangre brota.

Debo haber perdido la razón
simplemente no puedo resistir
la fría tentación.

Cuanto quisiera dejar atrás
esta campaña de autodestrucción
pero la necesito.

Soy incapaz de encontrar
los caminos hacia la felicidad.
Lo tengo bien merecido.

Todo el tiempo que he estado
en el distante olvido
se ha robado mis cinco sentidos.

Esta carne es ahora
un insensible tumor
esperando la dulce muerte

Al menos me he liberado
aunque supongo que esto
es sólo otro tormento

Debo acostumbrarme
a la existencia
de esta ansia insoportable.

Absurda realidad.

Esta ha sido la primera vez
que te he fallado
con toda la intención.

Ya había visto este día
acercarse lentamente
desde hace mucho tiempo
y lo mejor es darme prisa.

Supongo que al final
sólo pude hacer promesas
que nunca he de cumplir.

Quisiera poder seguir esperando
pero sólo soy un lamentable humano
que ha perdido la poca fe.
Que aún le quedaba.

Lamento tanto todo esto
pero no puedo permitirme
tener esta esperanza.

Sólo un último adiós
antes de adentrarme en el fuego
para convertirse en cenizas
y nunca volver.

viernes, 22 de marzo de 2019

Marchita.

Ha pasado tanto
desde la última vez
que nos encontramos
frente a frente.

Sinceramente
esperaba reconocer
tu rostro
y caer cautivado
ante
tu dulce voz.

Pero la realidad
cuenta una historia
completamente distinta.

No sólo no pude
recordar tu nombre
si no que
tampoco sentí
ese desgarre en el alma.

Tanto tiempo
perdido en tierras distantes
donde el olvido habita
y tu recuerdo desaparece
detrás del tenue
humo del cigarrillo.

Nunca será suficiente.

No importa cuanto corras
debes tener la certeza
de que la tormenta
siempre terminará por alcanzarte.

No sé que esperas lograr
al correr eternamente
cuando tu momento
ha llegado.

Levanta el vuelo
y prepárate para caer
una vez más.

Pero no tengas miedo
con el tiempo
resulta terriblemente fácil
acostumbrarse
al dolor.

El miedo se convierte
en algo rutinario
y el alma se termina de quebrar.

Pues al encarar al huracán
y ser quebrantado
por la cólera
de mil y un ecos incesantes.

Aún puedo presumir
de no haberme quebrantado
en la hora
más obscura.