martes, 11 de diciembre de 2018

Una noche.

Aletea a las afueras del camino
la siniestra ave de rapiña
mensajera de la sonrisa
oculta en la ciudad.

Cuando escucho
tu nocturno cantar
siempre me pregunto
si por fin
has de venir por mi.

Carcomido en ansias
de conocer a la dama pálida.

Desde lo más profundo
de mi piel
emerge
en una herida profunda.

Un amargo carmesí
se deja derramar
sobre la blanca piel.
Anunciando
la última parada.

Tiempos.

Podía ver mi aliento
escapando de mi cuerpo
como si supiera
la clase de culpa que cargo.

Acudí suplicante
los tonos de la sanación.

A espaldas de las manecillas del reloj.

Donde todo comenzó.

Pero ahora
que me he convertido
en todo aquello
que siempre he despreciado.

Me he vuelto
oxidado hierro viviente
hundiéndome cada día más
en esta obscura corteza.

Sujeta mi mano.

Esperemos juntos
por el final
de mi sufrimiento.

Risa.

Nací en esta industria
de afectos cancerígenos
prometo nunca
permitirme tener voluntad.

Necesito ser un engrane
se supone que sea como tu
ayúdame a olvidar
mis anhelos.

Juro que mis intenciones
son buenas.

Sólo soy un fallo en l sistema
intentando infectar
todo a mi paso.

Sin importar quien sea.

Un poco peor.

En una de aquellas pulcatas
que pretenden ser un poco realistas
con esas tasas de barro.

Se supone que de ese modo
sabe mejor.

No me importa
igual beberé
esta mala imitación.

No es como si tuviera
a donde ir.

Rodeado de falsas sonrisas
de hipócritas valientes
escondidos bajo el licor.

Cinco, cuatro, tres...

No quiero esperanza.
Me conozco.

Estremezco mis entrañas
tanto tiempo esperando
... el colapso.

Estamos tan cerca
del inevitable final
que casi puedo
tocar tu piel.

Ardiendo en desespero
del inminente azote contra el asfalto.

El mortal golpe de la realidad.

Yo soy un hombre
uno bastante enfermo
al parecer.

Y este es
mi mejor momento.

Falta poco.

Ahora que no puedo caminar
agobiado en el largo camino.

La incesante lluvia
el sol despiadado
y penumbra nocturna
han terminado conmigo.

Sálvame
antes de que sea tarde.

Los demonios se han llevado
gran parte de mi.

Ayúdame a sobrevivir.

Necesito un milagro
que pueda acercarme
una vez más a la vida.

Ver la luz del sol
y volver a caer
en el encanto
de sus dulces palabras.

26:41

Cual mal presagio
sobre el fuego ardiente
se presenta.

Más allá de todo
sólo somos cenizas.

No me rendiré ante
las cuchillas intracorporeas
después de todo
he sobrevivido a cosas peores.

La vida siempre juega sucio
lo único que queda
es prepararse para lo peor.

Y esperar que al terminar el día
aún guardo un poco de vida
en estos fríos huesos.