domingo, 7 de octubre de 2018

Voy...

He buscado por tanto tiempo
a la musa perdida.
La esperanza es lo único
que aún me mantiene vivo.

Apagaré la luz de la lución
el blanco debe marcharse.

Para que molestarse
cuando bien sé
que al terminar
esta cruzada
no hay hogar donde volver.

Encontré una manera
debo decender.

El obscuro sendero
de la muerte viva
es sólo para dementes
y suicidas quienes
ya no tenemos nada que perder.

Cuando la desesperanza
lleva hacia los caminos perdidos.

Sólo queda seguir caminando
hasta que los pies sangren
y las puestas de sol
dejen de ser sólo un sueño.

Danza.

Asechado
por la furia de invierno
sólo otro juego
sólo otra vida.

El juego
de perversas y traicioneras
pasiones asesinas
no puede esperar.

Al escuchar
el simple latido del corazón
encaminan las fauces
hacia la cerne viva.

Una herida traicionera
de punzante y frío acero
al sonar la ultima
campanada.

sábado, 6 de octubre de 2018

Silbido.

Puedo sentirte
a lo lejos
en el turbio
despertar.

Despedirme
al lento
subir del telón.

Sólo soy efímero
terror nocturno
con piel
de cadáver.

Dolor en cada
latido
del alma enferma.

Toxina
deambulaste
en las penumbras
de la cuidad
lúcida.

Sólo otro hiriente
grito
de despedida.

Soliloquio 7

Olvida los susurros
al caminar lentamente
hacía otro horizonte
manchado de sangre
y uno que otro lucero.

En obscuros senderos
fuera de este mundo.

Ahora sólo importa
que al llegar al pantano
la pesadilla por fin
habrá terminado.
Sólo importa el ahora.

Aquí no hay lugar
para los buenos recuerdos.

Las eternas plegarias
y la presencia divina
termina al saber
el horrendo destino.
Al final sólo importa
caminar.

Arrastrar los pasos
hacia el eterno tormento.

viernes, 5 de octubre de 2018

Otra noche.

Podía ver como palidecía
nunca me importó.

Estruje la suave carne
no fue hasta escuchar
el último respiro
que la rabia
se hubo calmada.

Es la fuerza del odio
la que me obliga a actuar.

Pude ver aquellos ojos.
perder la esencia
deambulando en bellas
lunas invernales
y callar su resplandor.

Su voz se ha ido
pasa otra noche sin ver la vida.

Perdido en carcajadas
de posones milagrosas .
Algarabía y putrefacción
pero al final del día
sólo estoy un poco
más roto por dentro.


Gélidas neblinas.

Escuchaba los pasos
acercándose.
Noche a noche
asechando

Vendí mi alma.
Siempre lo he dicho
ya no tengo
nada que perder.

Sentí crujir mi cuerpo
tras cada segundo
en los fríos sudores.
Me estremecía.

No hay por qué
apresurarme, al final.
Ahí estará.
Lo sé bien.

No importa.
He perdido la razón
en esta esperanza
falsa y vacía.

jueves, 4 de octubre de 2018

Dame una razón.

Al rozar los bordes
de la cordura
y el ruido blanco.
Sólo persigo
una absurda lución.

He perdido la razón
ya no importa si estaba en lo correcto.
He encontrado paz.

Incluso entre tormentas
cuando golpeo la cabeza
contra la pared
esperando recordar
al astro incandescente.

Pero al final no hay nada
en este asqueroso
mundo que me haga regresar.