Al salir el sol.

Hay una herida punzante dentro de mi alma

cada respiro

cada carcajada

cada amanecer.

Un recuerdo de mi destino.

Es tarde para cambiar la diección

no existe la ayuda

ni un mejor futuro.

Las mentiras son bellas

pero falsas.

La realidad da una dura bofetada

cada despertar.

es en esos momentos

cuando comienza la melancolía.

Los eternos arrepentimientos

y mi incapacidad de olvidar.

Es entonces cuando empieza
el martirio eterno
al que estoy condenado
siento el sol
y el viento
pero no la vida.

Execution (fragmento)

[...] Estás parado frente al espejo de tu habitación, desnudo, recorriendo con tus ojos negros como aceituna, cada parte de ti; esos brazos escuálidos, ese cabello y vello tan negro que marea. "Uno siempre se mira distinto a como se ve en realidad"; recuerdas haber leído eso en alguna parte, pero ahora que más da, ya no importa, lo único que importa es que te has convertido en tu propio juez.

Decides salir de esa pocilga, y alcanzas a distinguir por el rabillo del ojo una sombra moviéndose, -Muy bien, al menos alguien se queda cuidándola- piensas, al mismo tiempo que cierras la estúpida puerta que no has reparado desde hace ya, varios meses.
Te encuentras caminando por la acera, oscura y tan silenciosa que trae paz y amargura al mismo tiempo, ya tienes la dirección, solo falta el automóvil, para el cual llevas más de media hora esperando a que pase el indicado. Cuando estás apunto de rendirte e ir a casa con ella ves pasar en la esquina un viejo Stratus color verde oscuro, no trae vidrios polarizados como te hubiera gustado, pero es mejor a dejar pasar otro día. Empiezas a caminar cojeando, no es necesario poner cara de sufrimiento porque al parecer, y según lo que te dijo ese idiota de Zimer, es la máscara que usas cada vez que sales de esa pocilga, procedes a hacer la seña de auxilio y das gracias de que el viejo en el auto te haya volteado a ver y se haya detenido a preguntarte si necesitas ayuda.
-Si, necesito que me lleven al hospital, acabo de fracturarme la pierna y no tengo nadie quien me lleve-
-Claro, suba. Lo dejaré en el hospital más cercano.-

Trepas al carro, piensas si es correcto atacar ahora o un poco más cercano al hospital; que más da si de todas maneras al pobre hombre no lo van a poder ayudar ni el hospital más caro del mundo. Tragas saliba, le pides que aparque porque sientes ganas de vomitar y antes de que pueda poner la palanca en manual, tu ya estás ahorcándolo con el cable que te recuerda a ella; pasas el cuerpo inerte pero todavía tibio del viejo a la parte trasera del auto y prosigues tu camino. [...]

Oculto en algún rincón.

No puedo escuchar
no veo nada
todo es confuso.
¿Que fue de aquel destello?

Estoy acostumbrado
la soledad ha sido siempre
mi fiel compañera.

Debería estar muerto
no sé que ha pasado
siempre vuelvo a despertar.
¿Sigues afuera?

Trata de despertarme
aún si la muerte me ha tomado.
Estaré...

Los necios testarudos
hijos del desprecio
somos fuertes como roca.
Aún después de muertos.

Contagiamos peste
la desdicha es nuestra esencia.
Deberíamos estar muertos.

Voces.

Místico susurro

una voz extraña detrás de mi.

Hablar extraño y tenebroso

lúgubre.

Invoca viejos demonios

cantos espectrales

voces profas.

Es la hora más obscura

cuando la bestia, emerge.

Despierta a la bestia 

el caos se aproxima lentamente

no tiene ninguna prisa.

Las voces no callan

el tiempo no se detiene

la condena se acerca

y la vida....

La vida simplemente ya no importa.

El muñeco vacío.

Nunca olvidaré la primera vez que vi aquellos ojos, debí alejarme, ser inteligente y hacerle caso a mi instinto. Debo confiar en él más seguido.

Era una tarde del frío Noviembre. Caminaba sobre la calle M... Arrastraba los pies, era un mal día. Ya no recuerdo por qué. Simplemente he tenido demasiados días malos como para querer recordar cada uno de ellos. Era mo mismo de siempre, algo me molestaba y quería despejar mi mente en cualquier cosa. Lo que fuera, ahí fue cuando la encontré.

En una de esas tiendas "místicas", donde puedes comprar tu playera negra favorita, me encinté con este muñeco, era de esos que suelen tener piedras o arroz adentro, con un tejido artesanal. pintado por completo de blanco por esepción de los ojos, un negro, increíblemente profundo, tenia que ser mio.  Grave error.

Los dias pasaban como si nada.

Mas en una noche específicamente asquerosa, lo sostuve frente a mi y pude ver aquello que me había llamado tanto la atención. Los ojos obscuros de esta figura. está ver fijamente, ya no era un objeto, yo formaba parte de ese abismo. Comencé a sentirme mareado, luego la somnolencia se apoderó de mi haciéndome caer en profundo sueño, algo había en esos ojos que simplemente no podía dejar de mirarlos.

Se volvió cotidiano, al par de semanas me la pasaba horas ante aquel muñeco. Mirando sus ojos, nada más.

otra noche de pesadillas, desperté y el muñeco estaba ahí. con esos reconfortantes ojos. no podía dejar de mirarlos. lo tomé y pasé la noche mirando esos ojos. Ese negro, ese abismo.. Cada día se lleva algo y no parará  hasta que no quede nada, pero no importa.

Me odio tanto.

Es satisfactorio
mirar atrás
y ver todo lo que has destruido.

La vida olvidada
los escombros
las penas
el dolor.

Todo es mi culpa
se siente bien.
Sangre derramada
intentos de muerte
soledad.

¿Quien puede vivir así?
Alguien a quien no le importa.

Soliloquio 4.

Eres patético
con esa esperanza mediocre
a la que le llamas sueño.
Niño estúpido.

¿En serio crees que importas?
No me hagas reír.

Crees que las cosas cambiarán
que algún alma vendrá en tu ayuda.
Recuerda: Estás solo.

¿Desde cuando crees lo que dicen los demás?
Mediocre pedazo de mierda.

Recuerda el abismo
recuerda quien eres
el odio.

Así que te comenzase a sentir importante.
No seas ridículo...