Hechizo.

Cobijado entre las telas del tiempo
la visión aparece
tomando mi ardor, mi pena
el pasado, desaparece el dolor.

El simple tacto del viento cobrizo
la belleza de la vida revela
una graciosa bailarina
en el cielo nocturno.

Consume y alimenta
florece entre las constelaciónes
un fuego interno
revive los tejidos podridos.

El camino de la locura
el desvarío de la alegría
un segundo animan al difunto
hombre sin un mañana.

La esperada esencia deciende
hacia lo más profundo
de este nefasto abismo
Debo emerger de nuevo.

En el trance místico
la bruja del este habla
las palabras tocan
acarician el alma.

La vida vuelve a brotar
las cenizas cobran forma
y en una milésima de segundo
El cobre revive la felicidad.

Huesos.

Un andar doloroso
entre los desiertos lunares, fríos y muertos
paso tras triste jadeo
una voz llama.

A penas audible
a penas, real.
Un lamento
desgarrador.

¿Cuantos hemos de caer?
Sometidos a esta... tormenta maldita.

El vacío reclama
la dulce muerte aparece
mi vieja conocida
siempre ausente.

Algún día vendrá por mi
los negros ropaje cubrirán mi rostro
en el beso gélido
la paz por fin vendrá.

Gélido.

El dulce frío inunda mis huesos
tras las tardes de la no existencia.

Un muerto en vida.
Tristemente llamando a tu puerta
desquiciado
deplorable
un indeseable.

Una visita del Averno.

Una mañana desperté
con algún sentimiento distinto
el sol no dolía
y la vida no parecía tan molesta.
¡Oh esa mañana parecía sanar!

La melancólica figura
hablaría con voz de poeta
después de tanto silencio...
¿Que se podría esperar?

Había aun más muerte en mi rostro.

El hombre muerto
siempre
tan deseoso
de dejar atrás ese dolor.

Sonríe.

Cobijado entre la sombra

sigo los paso de la cazadora

soy hijo del odio y el desdén

tan aburrido de la vida.

Una vuelta hacia la izquierda

a la derecha en dos calles

y tres puertas del lado izquierdo.

Un pasaje obscuro

a la hora correcta.

Es muy fácil leer estas cosas

es eso o simplemente tengo suerte

la verdad no importa.

No hay tiempo para lamentarse

no cuando la oportunidad grita

aparecen los ecos dementes y obscuros.

Una enorme sonrisa emerge.

"Claro, ahora estoy mucho mejor

la fascinación por el carmesí

los gritos y hierro ardiente"

El espectáculo comienza

no puedo contener la emoción.

Esencia.

Mira mi vida
odio los ojos llenos de lástima
y desprecio.

El paraíso nunca fue para mi, es verdad
sólo trato de deprimir a los demás
eso no es nada malo.

Soy una tormenta
es mi naturaleza estar roto
pero sé lo que soy.

Toma un respiro de muerte
dime que todo es igual.
Te reto.

Tantos años perdidos
un mal camino en el umbral
el inframundo espera.

Quisiera poder mentir
decir que puedo ser feliz
que dentro de mi hay vida.

Mira mi vida...
bastante he tenido
bastante camino falta.

El verano será dificil
el invierno suicida
al final nada cambia.

Culto.

Niño, ven, déjame decirte algo acerca
de esta doctrina de odio a la que pertenecemos.
Sólo los dementes aceptan morir así
debajo de los vapores tóxicos del existir.

Aquí, donde los esperanzados mueren
puedes evitar ser consumido por el odio
es difícil sólo morir por dentro, fingir la vida
 mentirle al sol al dar los buenos días.

Más el corazón marchito y sus secretos
tesoros de la mente completamente perdida.
Estúpido dogma al que llamamos falsamente "orgullo"
hemos de ser cínicos ante el amor hacia nosotros
y junto a la más "sincera" disculpa...

Llorar torrentes de asqueroso vino caduco
colocar una copa bajo nuestra barbilla
y al llenarse, beber toda nuestra hipocresía.
¡Oh! Mis amigos, mis hermanos.¡Todos condenados!

Escalofríos.

Cada paso que diste
cada sonrisa fingida
cata juego de poder
cada día feliz...
Todo en llamas.

¿Puedes ver lo real?
¿Acaso está todo tan mal?
¿Tanta mentira?

El exilio helado
lejos de toda felicidad
me convirtieron en este nuevo
hombre de hormigón.

Tanto tiempo
perdido
y en el frío.

Desechado
maldito
y pútrido.

Me mantengo latente
en la obscuridad
diosa de la locura
mi hogar.