cuando por desgracia pases
por aquella esquina maldita.
En el fondo sabes que sigues
conservando mi aroma.
Dejemos el desprecio
para un momento más adecuado.
Tengo una sorpresa para ti.
Una ofrenda de paz
o un insulto al olvido
del cual emergí.
Tan sólo quisiera
que por una vez pudiéramos
concretar la verdadera razón
por la que me he ido.
Y es que sé que
mi presencia
es veneno letal.
Te amo lo suficiente
cómo para aceptarlo.
Es una lástima.
Pero nada me importa
más que verte sonreír
con el velo de la luna.
Siempre he deseado
sacrificarme por ti.
Pierde las esperanzas
que puedo asegurarte
que mientras siga vivo
habrá un final feliz.
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