y cualquier sueño congénito
para que consigamos aquello
que me ha sido negado.
Los vestigios oníricos
han de mantenerme vivo
junto con uno que otro
gemido involuntario.
Mis pasos se haces sonar.
Maldiciones y malas conciencias.
Tétricas visiones futuras.
Haré lo necesario para
poder acercarme otra vez
y susurrarte mi odio.
Succiona mi veneno.
Reza un "Ave María".
Nada tan reconfortante
cómo el fondo de tu garganta.
Sé que extrañas esa sensación.
Aquel cálido malestar
que nos ha marcado
lo suficiente cómo
para traerme de vuela.
Imagen generada por IA
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