Disculpa si sólo puedo entregarte
los restos moribundos de aquel desgraciado
que tánto solías idealizar.
Sé que soy un puto caso perdido
y que no merezco tu tiempo.
Sé que mi palabra vale una mierda.
Sin embargo debes entender que
más allá de mis intenciónes hay algo inexplicable.
Aquella chispa que me hace tener el valor de encararte.
¿Acaso se te hace normal que después de tanto
pueda atreverme a mostrar mi repulsiva presencia
en tu sacro templo a la sanidad?
de aquellos buenos momentos.
El cielo solía ser mucho más azúl.
En un va y ven de intenciones suicidas
pude encontrar tu verdadero tesoro.
Cuándo las horas parecieran instantes
mientras la lluvia caía y nosotros nos refugiabamos
en algún pequeño rincón.
Estas manos pueden llegar a demostrarte
qué tan lejos es que puedo llegar.
Pues este largo camino no ha sido en vano.
No siquiera tu carne podrá interponerse
en aquello que nos ha de hundir
en la más pura miseria.
Imagen generada por I.A.
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