solía ser
tan real.
Como
cualquier
pecado.
Me atreví a sumergirme
en las turbias
nebulosas cósmicas
que alimentan y embelesen
lo desconocido.
Sigo
amándote
con toda
el alma.
Olvidé
esta suerte
un momento.
Olvidé entonces
que he nacido
para saborear
únicamente el fracaso
y la eterna amargura.
Amada mía
no podré llegar
a escuchar
tu dulce voz.
Aquella manera
encantadora.
en que recitabas
mis textos.
Si embargo olvidé
que no existen
finales felices
para desgraciados
como lo soy yo.
Pago
mis pecados
ahora.
Un día
te tendré
de nuevo.
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