Entre niebla
y humo cenizo
canta la rusalka
aquella recurrente
y terrible visita
del otro mundo.
Aquella vieja melodía
que solías tocar al cerrar los ojos
resuena en mi memoria.Deberé callar
todos mis impulsos
antes de que terminen
por condenarme
por toda la eternidad.
La cruel mirada
de la musa maldita
de la musa maldita
mueve sus labios.
No hay nada para mi
detrás de la luz
que brota desde
el horizonte perdido
tras la eternidad.
Una voz incomprensible
y al mismo tiempo familiar
quiebra el silencio.
Cual mal presagio
e invitación oportuna
a perder toda cordura
y dejar una herida
terrible y letal.
Imagen generada por I.A.
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