de un incierto
y retorcido
martirio.
Un gran espectáculo
lleno de fuego
e increíble tortura.
Dime que
aún sigues viva
y el juego puede
continuar.
Eres el origen
de esta enfermedad
que me consume.
Quisiera
poder decirte
que tanto
te necesito.
Estoy seguro
de qué ya conoces
todos mis secretos.
Aquellas
visiones aberrantes
que se conjuran
en mi mente.
Has sido testigo
de mis terrores nocturnos
y delirios agonizantes.
En medio
del ojo del huracán
podrás encontrar
mi tristeza.
Los espejismos
terminan por desaparecer.
Estoy solo.
No existe
un alma que vender
ni tampoco momentos
que atesorar.
Imagen generada por I.A.
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