Fatalidad.

Derrama el fluido divino
que no hay nada que perder
cuando una noche sin luda
derrocha su dolor.

Habla el dialecto de los muertos
y vuelve a contarme tu historia.

Sangra y recuerda que
aún seguirás con vida
mientras puedas sentir
del corte de una navaja.

Deja fluir la ponzoña interna
y demuéstrame todo lo que
puedes llegar a hacer.

Sólo tienes una oportunidad
para cantar mis errores
y hacer que la efimera realidad
alumbre una nueva era.

Cierra bien los ojos e intenta
olvidar todo lo que los años
te han mostrado y mi esencia.
Enciende velas consagradas.
No debe quedar rastro de mi.

Sólo la eterna desgracia acompaña
las demacradas noches en vela.

Vuelve a invocarme por una
última vez más, congela el tiempo
y vuelve a vertir el carmesí
sobre los recuerdos perdidos..

Que el orgullo no vuelva a detener
el inevitable cruce de caminos.
Sólo espero no volver a caer.