Somos una máquina perfecta o espejo del universo.
Se crean constelaciones en nuestro rostro.
Nuestra fisionomía envidia tanto al espacio que de nosotros, como deseos, comienzan a brotar estrellas de cebo.
Infiernos lejanos,
paraísos imposibles.
Nos ahogamos en anonimatos imposibles...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario