Rostro perverso
algo parecido las mismas fauces del kraken
me pidió llamarle
con el suplicio que era su su mirada.
Trato de escapar de la bestia.
Entre pasos de botas de cuero
un incomprensible jadeo
exhala sobre el cuello
estoy condenado.
Otro día para morir.
La perra del Averno
siempre observa
vigila a sus condenados.
Reina mía, obtendremos vendetta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario