Neblina.

Lamento si al final
lo mejor es haber desaparecido
y aunque quiera dar
cualquier excusa
la verdad es muy distinta.

Puedes tener mi corazón
servido en bandeja de plata
pero mi devoción perpetua
es sólo para ella, quien danza
sobre la bóveda celeste.

Quebrante lentamente
el sonido de mi vida
sólo para corromper mi voz
y hacer mi tristeza
un terrible contagio.

Soy entonces pues
quien cegado por el delirio
oculto en una leve psicosis.
Tomó la navaja
y trazó su destino.

Sólo de esa manera
es como consigo
asegurarme de que
aun sigo con vida
y no hay nada mal en mi.

Inalcanzable.

En una tierra distante

más allá de los mares desérticos

y los infiernos invernales.

La más hermosa

de las visiones.

Hecha realidad.

Sólo hasta entonces sabré

que es tiempo

de dejar de ser

este hombre máquina.

Sólo por un momento.

No puedo permitirme

sentir algo distinto al odio primordial.

Promesa de insatisfacción

y una insidiosa pesadilla

persiguiéndome por la eternidad.

Ángel.

Al encontrarnos
en medio de la neblina
los hechizos olvidados
vuelven a nacer.

Un resplandor
en medio
de la más profunda obscuridad.

Por un instante
ser testigo
de un milagro.

Esta alma fue salvada
de la perdición.

Sólo por dos palabras.

De la dama pálida
envuelta en negra túnica.

Sus labios
cual herida carmesí
son el camino
hacia el paraíso.

Sobre todo.

Escucho tu llamado
cual eco distante
repleto de arrepentimiento.

Puede llegar a ser
tan reconfortante.

Si algo
sé bastante bien
es que nada de esto
tiene sentido.

Sabes bien
que es lo que opino
de los traidores.

Cada palabra
me enferma aun más.

Pero debo
soportar esto
hasta
el último segundo.

Encanto de desgracia.

Ha pasado tanto
en esta triste historia
que es mi vida.

Al parecer lo único
que nunca cambiará
es que siempre tendré
un cigarrillo en mi boca.

Acércate un poco más
y déjame ver tu rostro.
Mírame directo a los ojos.

Parece que nunca abandonarás
el miedo.

Márchate.
No puedo hacer nada por ti.

No dejes de correr
es parte de lo que eres
y niegas con tanto esmero.

Es cierto, puedo verlo.
No necesito escuchar
ningún pretexto.
No me importa lo suficiente.

Conozco bien tus trucos
y todo aquello
de lo que eres capaz.

Estoy harto de lidiar
con tu boca llena de mentiras.

Tu recuerdo
es sólo otra triste historia.

Quisiera continuar.

Es tan patético de mi parte
no poder cumplir
con mis desastrosas promesas.

Pero sabes bien
que esto
me terminaría matando.
Eventualmente.

Tengo una mala noticia.

He decidido dejar de aferrarme
a mi única esperanza
y abandonarme por completo.

Pues me he quedado
terriblemente desvalido
en la búsqueda
de tu corazón de oro.

Termina con mi existencia
mas no sin antes recordarme
como mis anhelos se disipan.

Debo marcharme.

Fue hace mucho tiempo
al ser un gélido invierno.

Admiraba la inmensidad
de los cielos lejanos.

Recuerdo bien
los murmullos del viento
y su triste cantar.

No puedo evitar la nostalgia
al cruzar por la vereda
y pensar en todo aquello
de lo que fue testigo.

De cierto modo
puedo sentir la culpa
que el mundo
quiere que cargue.

Ridículo ¿No?

Aunque la realidad
suele ser así.

Absurda y sin sentido.

Supongo que solamente puedo
comenzar a caminar
y nunca detenerme.