fuera de mi, incluso cuándo
tu silencio me mostraba
el impío destino.
Siempre guardé
un poco de esperanza.
Nada en esta vida ha sido
lo suficientemente malo
cómo para permitirme
olvidar tus palabras.
Aquella promesa perdida
en el vacío del tiempo.
Así que dime hermana mía.
Si mi alma no hace otra cosa
que latir por tu perdón
en estos tiempos malditos.
No importa a dónde te dirijas
siempre existirá este vínculo.
Déjame darte la inmortalidad
que tanto mereces en mi
absurda poesía de mierda
y mis eternos desvaríos.
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