Entrega tu alma.

Mil centurias esperando
en esta gélida neblina
ha cobrado factura.

Mis huesos rechinan.

El dolor ha sido

lo suficientemente basto

como para hacerme estremecer

en tu sola presencia.

Y a pesar de todo

me atreví a levantarme

de la tumba.

Con sólo tu nombre

como consigna.

No te preguntes

si soy capaz de morir

después de todo

lo que he pasado.

Sabes la respuesta.

He de entregarte

mi futuro y legado

en un pulso mortal.

Que habrá de marcar

una nueva tragedia.

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Sólo me importa lastimarte.

Cuántas veces los escuché
hijos de la chingada.

"Ojalá me hubiera pasado a mi."

Los he escuchado miles de veces

como si de un acto piadoso se tratara

cuándo toda su puta vida

les he importado un carajo.

Nunca debí dejar

que su padre encontrara el alivio

por más que me rogaran.

El desprecio no desaparece

con dulces palabras.

Ahora conocerán el dolor.

Nunca quise lastimarlos

puesto que en realidad nunca fueron

lo suficientemente importantes

pero tuvieron que hacerlo.

Rara vez las migrañas

y las crisis de ausencia

llegan a ser premiadas.

No puedes zafarte diciendo

que no te acuerdas.

Tu mismo lo has dicho, perra.

Ahora mírame darte la espalda

cuándo necesitas de mi mano

para tan siquiera mantenerte

en este puto mundo.

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Átrica.

Lo mejor será
olvidarme de todo
en cuanto suceda.

Mi mente es

un nudo de serpientes.

Ponzoña y miseria.

El fondo del universo

esta lleno

de viles mentiras.

Tu hedor a traición

es inconfundible.

El mundo apesta.

Desde la Caína

hasta la Ptolomea

he caminado.

Sigo buscando

cualquier vestigio.

De un pasado perdido.

Navegué el Estigia

hasta el Flagetonte

rumbo al bosque suicida.

Intentando encontrar

tu dulce alma.

Como un tesoro.

Nada puede

detener mi búsqueda

de tu recuerdo.

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Todo se perdió.

Sólo el sabor
del dulce ron me mantiene
con esta sonrisa.

Yo no puedo ser

tu estúpido enemigo

después de todo.

A veces trato

de arruinar mi vida

como bien sabes.

Mi mente juega

fuera de este mundo

y la realidad.

Al final tienes

mi eterna voluntad

en esas manos.

Que fueron tiernas

al mostrarme su calor

hace ya mucho.

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Tentación.

Recuerda aquel momento

en el que tus lágrimas

brotaron con fuerte dolor.

He estado ebrio desde entonces.

No pude soportar

haberte dejado ir.

A la fecha no puedo

dormir en paz

sin embargo 

la melancolía

me consume.

Deberás perdonarme

por haber sido

tan desgraciado.

Día y noche

la ansiedad

me hace retorcerme

en mi miseria.

Nunca debí

joder con aquello.

Pero siempre he sido un imbécil

que juega con la vida y la muerte

como se le putas antoja.

Nunca debí de cruzarme

en tu camino.

Lo sé muy bien.

Más nunca olvides

que mi amor es tan puro

para hacerte ceder.

No importa lo que pasara

lo cierto es que tan sólo

me bastó con verte acercándote

para desfallecer.

Incluso en la lejanía

que existe entre nosotros

te sigo añorando.

Cómo el primer día

en que me hiciste falta

de una manera que sólo

los adictos comprenden.

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Es otro mundo.

Solíamos ser

tan estúpidamente ingenuos

como para creer.

El "por siempre" es la mentira

que me ha costado

el alma y el corazón.

Atesoremos los recuerdos

a los que el tiempo

ha dejado intactos.

Incluso las pesadillas

me acercar un poco a ti.

Tal vez lo suficiente.

Puedo respirar

el perfume de tu triste cantar

por toda la ciudad.

Eres aquello que

me ha impulsado a nuevos

horizontes.

Este mundo

me parece demasiado insípido

como para prevalecer.

Déjame mostrarte

hasta dónde

he logrado llegar.

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Otra causa rota.

Te he estado usando para torturarme e incluso cuando sé que te gusta la idea de causarme dolor, no puedo evitar pensar que tal vez he estado yendo demasiado lejos al momento de desquitarme conmigo mismo.

¿Sabes?  Llamarte "Adri" fue sólo otra manera de castigarme por pasar un buen momento y a pesar de ser demasiado tarde quisiera pedirte perdón.

No importa lo que pienses.

Incluso cuando creas que soy otro enemigo esperando por hacer contigo cualquier mierda despreciable; seguiré siendo aquel idiota que apostó todo al enamorarse lo suficiente de ti cómo para cortarse las venas con tal tal de no soportar un segundo más lejos de la felicidad que le solías brindar a sus sentidos.

Me bastaron pocos de tus besos para hacerme adicto a la sensación de sentirte cerca y ahora no puedo dejar de beber para envenenarme o suficiente cómo para volver a ver aunque sea un segundo antes del eterno final.

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