Lúcido.

Los años pasan en vano
para quienes estamos unidos
por un pacto suicida.

Sabes que eres
tan culpable
de todo esto
como lo soy yo.

Ya lo sé; No tienes motivos
para seguirte ocultando
detrás del misterio.

Podrán pasar
vidas enteras
pero tu aroma
seguirá en mi.

Dime. Rusalka, si al fin
has comprendido aquello
que la sangre refleja.

Así que ya deja
de preguntarte
como es posible
poder continuar.

Aprendí a navegar rodeado
de relámpagos y tinieblas
así que sólo toma mi mano.

Vuela alto.

No pasa una noche
sin que visite el lugar
donde todo comenzó
y me invada el arrepentimiento,

Permaneces recostada
en un interminable silencio.

Puedo sentir tu calor
y tu respiración
pero sé que estás muerta.

El remordimiento
asedia mis sentidos
mientras que tu sonrisa
intenta quebrantarme.

Ahora sé que nunca
debí liberar a la bestia.

Las heridas abiertas
que nunca sanarán
y el dolor perpetuo.

Es todo lo que me espera
de ahora en adelante.
La muerte es sólo
la entrada al tormento.

He visto miles de veces
mi propio destino.

Y no importa lo que haga
siempre termino
reencontrándome contigo.

Inerte.

El tiempo
puede romper el alma
de maneras
inconcebibles.

Respira hondo
y no olvides
que nunca
me detendré.

En mi búsqueda
por volver a casa.
A mi verdadero hogar.

Nuevamente
me he desvanecido
junto al humo.

No importa que tanto
siga aferrándome
a una esperanza.
Ella se ha ido.

Fui demasiado lejos
como para merecer
una sola oportunidad.
para redimirme.

Duerme profundamente
en el sueño eterno
al que te has entregado.

Que yo estaré aquí
esperando el momento
de volver a tu lado,

Una oportunidad.

Sólo la tortura
puede arreglar
los malestares
que un alma turbia
cree poder detectar.

Viví miles de veces
las horas perdidas
escuchando su voz.

Pero al final
sólo terminé
perdiendo el tiempo
y el control.

No pretendas
que tus intenciones
son buenas.

Reconoce la verdad
y el fraude
con el que tan alegremente
crees ayudar
a los desamparados.

Yo sé lo que ocultas
y cuanto necesitas
mantener las apariencias.

Si quisiera podría
hacerte caer de nuevo
en mi camino.

Siete segundos.

Hacia donde sea

que pueda dirigirme

termino encontrándome

con la misma silueta.

Debo aceptarlo.

Eres parte de mi.

Esa es la cruda realidad

y no existe remedio

para esta maldición.

Nunca podré perdonarme

por haber permitido

que mis pecados me arrebatarán

lo más preciado que tenía.

Pero no hay nada

que pueda cambiar.

Sólo queda revivir

aquel momento incrustado

dentro de mi memoria.

Ventisca.

Un rostro pálido
de tristeza inmaculada
y gotas de cristal.

De voz suave y delicada
cual canto celestial.

Sólo tengo un par
de viejas fotografías
impresas en papel barato.

Eso es todo
lo que me queda.

Intento encontrarte
en un mar de rostros
y sonidos enervantes.

Una brisa ardiente
sofoca mis entrañas.

Tal vez me he vuelto
demasiado débil
como para intentarlo.

Tal vez solamente
me dejó de importar.

Mi respiración se detiene
al mismo tiempo que toco
de nuevo su rostro.

Toco el contorno de sus labios
sin decir una sola palabra.

No hay necesidad
de arruinar el silencio
con mis ultimas palabras.

Al borde del lago.

Sé que no merezco
que vuelvas a nombrarme
ni a encaminar
tu mirada
hacia a mi.

Sólo se trata
de otra noche perdida
en un delirio.

Lo que sea para despertar
embrujado por el rencor
y el odio más puro.

Dejaré todo esto atrás
y sacrificaré lo que sea
para mantenerme lejos
del resplandor y el estruendo
de la ciudad.

Levanta la mano
si es que después de todo
sigues pensando en mi.

Prometo que esta vez
no te volveré a despreciar
si es que quieres acercarte.

Tomaremos el viejo tren
que solíamos tomar
en los días dorados
y fingiremos que
nada ha pasado.