martes, 4 de diciembre de 2018

Perdí.

No hace falta
una cura
he aceptado
mi destino.

Y volverme uno
con los relámpagos.

No fue
hasta tocar fondo
que terminé
enamorándome.

De esta mancha
de esta enfermedad.

No me importa
ahogarme en la obscuridad
consumido
por las sombras.

De algún modo
este siempre ha sido mi hogar.

Profundo.

Lo perdí todo.

Si escuchas este pésimo intento
de pedir ayuda.

Salva mi alma
tan pronto
como sea posible.

Antes de la última campanada.

Antes de caer el telón.

Prefiero morir
antes de volver a perder el alma.
Dispara.

Termina de una vez
con todo este dolor.

Pero recuerda
que siempre
estaré agradecido.

Puedo sentirte.

Recuerdo como solía ser
escupir en la cara del destino
y siempre salirme con la mía.

Solía estar tan ilusionado
ante el brillante destello
que alumbraba mi camino.

Es difícil escuchar
a los vientos del cambio
aullar por las noches.

Hoy tuve la misma pesadilla
ambos, cadáveres putrefactos
bajo la misma tierra maldita.

Destinados a descomponernos
y con el tiempo
volver a ser uno.

A la luz del sol.

En noches de luna llena
de distorsionada realidad absurda.

Vivamos en aquella mentira
donde no me he marchado
ni disipado en la niebla.

Viajamos en calles olvidadas
por el mundo.

Felizmente hipócritas
e ingenuos
dispuestos a darlo todo
por una causa perdida.

Debo volver al azufre
si es que quiero despertar.

Hombre solitario.

Debo aceptarlo
el tiempo me tomó desprevenido.

No he visto la luz del sol
ni sentido el calor vital
en demasiado tiempo.

Y aquella manera
en la que recuerda
como es estar vivo.

Ahogado en la soledad
esperaré a convertirme en polvo.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Perdón.

Desde el principio fue mi decisión
acoger a la fría soledad
como mi única compañía
y perfecto refugio.

Lo siento
fui cegado
por la ambición
y  no me importó
sacrificarlo todo.

No importa lo que quiera creer
siempre he de mantenerme solo
tengo una buena escusa para eso
guardada bajo la manga.

Sólo por si acaso
una crisis
de identidad
me hace querer
volver sobre mis pasos.

He mentido todo este tiempo
pretendiendo merecer una mejor despedida
en realidad nunca lo intenté
al final, soy tan insignificante.

Aún hay demasiado
por enmendar
tal vez sea inútil intentarlo
pero no queda otra cosa por hacer.

No lo intentes.

Lamento decepcionarte
lo que buscas se ha perdido
desde hace
mucho tiempo.

Sólo queda esto.

Sé que prometí
permanecer latente.

He fallado, de nuevo.

No te acerques
al hombre de mirar perdido
ajeno ante el porvenir
lejano y distante.

Perdido
en la inmensidad.

Del desierto sangrante.

La belleza
del corazón marchito
es una cicatriz
de turbio color.