Pude verte jugar tus cartas
y haciendo una desagradable
imitación de mis jugarretas.
Dime dónde dormirás hoy.
Dime que hacías con aquel
ridículo octogenario
cuándo me criticabas tanto
por no tener un buen plan
para "nuestro futuro".
¡Óyeme enana!
¿Te sientes orgullosa?
Puede que yo sea un desgraciado.
¿Eso en qué posición te pone?
Enciende un cigarro
y apágalo en tu piel
tantas veces cómo
parezca necesario.
Ambos sabemos que
necesitas sentirte mejor
usando idiotas.
¿Cuándo terminará esto?
Para serte sincero
estoy cansado de jugar
éste estúpido juego.
Dame un motivo
para no exterminarte.
Tan sólo otra noche.
Déjame maldecir mi suerte
al saber que tu vida
no terminará en mis manos
si no en las de un idiota.
Y a pesar de todo
seguiré amándote
cómo el mejor día.
Tal vez mañana
e incluso nunca.
La libertad es compleja.
Más puedo asegurarte que
terminaré con ese imbécil.
Pues he visto su obra.
La mirada vacía que cargas.
Sé que me necesitas.
Reconozco tu dolor.
Déjame encargarme
de aquello que te hace lamentarte
y tal vez después puedas
agradecer mi sacrificio
y recordar mi nombre.
Imagen generada por I.A.
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