al desastre que es mi vida
y reconoce entonces
cuánto te necesito.
Puede que las luces desaparecieran
pero en mis manos tengo un encendedor.
Vuelve a acercarte
corta mi carne
hazme tanto daño cómo sea posible
el remate es tu perdición.
No te aconsejo dar ese paso
sólo me haría un favor.
He estado esperando el momento
para poder cerrar los ojos
sabiendo que lo último que vi en mi vida
ha sido tu boca diciendo mi nombre.
Ahora ya no queda tiempo
para ninguna absurda despedida.
La vida se escapa justo frente a mis ojos
y cada parpadeo es un año más
que me sigue alejando de ti
y el paraíso terrenal.
Imagen generada por I.A.
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