cerrar los ojos
e ignorar tus gritos.
No eres un gato.
Ya he escuchado antes
a los moribundos
y desamparados.
No intentes venderme
tu interés fingido.
Perdiste mi atención
cuándo mostraste tu rostro.
Sin embargo sigo agradeciéndote
por acariciar mis cicatrices
cómo si sintieras mi dolor.
No sé cómo te perdí.
Para serte franco, estos años
han sido demasiado confusos
cómo para recordar algo
que no sea el dolor.
Nuestras vidas se cruzaron
de una manera inimaginable.
No puedo soportar que termines
en las manos de un imbécil
que teniéndote cometa
los fatídicos errores
que nos terminaron alejando.
Tan sólo intento recuperar
la menor parte de mi vida.
No me importa si acaso
mis ojos le dan sentido
a una causa perdida.
Nunca creí verte siendo
una completa extraña
pero aquí nos encontramos
conmigo recordando
tiempos mucho mejores.
Imagen generada por I.A.
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