Convencida por el ego
me lanzaste lejos del mundo
sin esperar que este mismo
me traería de vuelta.
el dolor persistente.
He pasado noches en vela
intentando deshacerme
de aquello que me vuelve
terriblemente humano.
No eres nadie para decidir
sobre el destino de cualquiera.
Cúlpame cuanto quieras
lo cierto es que aún me mantengo
bajo los efectos de tu hechizo
y no quiero escapar.
Puedo ver tu miseria
y cuanto me necesitas.
No puedes ocultar
las heridas que nos unen
y al mismo tiempo nos brindan
algo qué recordar.
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