en que conjuraste a la perfección
de un amor imperecedero.
Marchamos rumbo a la puesta de sol
sin que nada nos importara en realidad.
Ayúdame entonces a sedar todo
este dolor; vuélveme civilizado
pero mantenme anestesiado.
Así que implora por qué nunca
llegue la hora más obscura.
Aquello que se ha perdido
nunca volverá a ver la luz del día
por más que intente revivirlo.
No sólo no he cambiado
me encuentro peor que entonces.
Sé que no te he dejado más
que sólo malos momentos y tristeza
pero debes escucharme.
Lamento decirte que la luz
se ha marchitado desde hace mucho.
He dejado de sentir lo suficiente
como para ver los buenos momentos
que el olvido me ha negado.
Imagen generada por I.A.
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