Enfermo y decrepito
me encarrilo hacia
la desesperación
que oculta una silueta.
Endemoniada y dulce
cual veneno del alma.
Será la última tormenta
la que al fin extinga
la cólera divina
que marca mi suerte.
Suele parecer imposible
aferrarse a un futuro sin vida.
Sigo siendo carcomido
por el cruel ardor
que me ha dejado tu partida
pero no me quejo.
Así que olvida las palabras
y sólo sigue las voces invisibles.
me encarrilo hacia
la desesperación
que oculta una silueta.
Endemoniada y dulce
cual veneno del alma.
Será la última tormenta
la que al fin extinga
la cólera divina
que marca mi suerte.
Suele parecer imposible
aferrarse a un futuro sin vida.
Sigo siendo carcomido
por el cruel ardor
que me ha dejado tu partida
pero no me quejo.
Así que olvida las palabras
y sólo sigue las voces invisibles.
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