Una
estadía
en el más obscuro
y
tenebroso círculo del infierno
no
se podría comparar…
A
estar olvidado
aquí donde me han dejado
como
si fuese un mal recuerdo,
un
mal augurio.
Un
día
quise salir
lloré, rogué, grité
pero
nadie nunca me escuchó
en
aquel rincón en el que me ocultaba.
Tal
vez debí de golpear
pero,
si lo hacía me sujetaban
esos
inmundos brazos de desesperación.
La
locura se quiso apoderar
de
cada una de mis fibras.
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