Recordar
las caras, gestos
y
gritos
de mi juventud.
Me
hace dar vueltas y
al
final sentirme mareado.
Como
un adolescente
probando
su primer trago.
¡Oh! ¿Qué fue de mi juventud?
¿Cuándo se acabo?
¿Y por qué me siento viejo?
Recuerdo
bien los charcos
que
solía
brincar entusiasmado.
Pero
ahora solo veo lodo, fango
y
un poco de vómito.
También puedo recordar
mis
viajes en nubes de algodón,
movido
solamente por la mente.
Ahora eso se ve
Ahora eso se ve
tan,
pero tan lejano
que
parece como si se tratase
de
un horizonte al cual
no
se puede llegar.
Daría lo que fuera
por
recorrer una vez más,
la
carretera de la vida,
sentir
el sol en mi rostro
volver a soñar
con
un mejor mañana.
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