escucharé por siempre
tu triste cantar
y melancolía.
En notas ahogadas
por licor y hierba
te sigo añorando.
Estremeciéndome.
En cada momento
siento tu olvido
como mi castigo.
Los cielos nunca han sido
tan oscuros y llenos de pérdida
desde que te fuiste.
Fuiste quien comenzó
con este infierno
y no busco nada más
que retribución.
Vuelve a gemir
mi estúpido nombre
en noches ajenas,
Volví de la muerte
sólo para verte
suplicando por verme
en toda mi gloria.
Ese imbécil de tu primo
debería de saber cuando
debe de guardar silencio.
No me importa
cuanto crea que le debes
es un simple idiota
que no debería hablar.
Mírame hacer de tus señales
algo completamente estúpido
y cagarme en tus creencias.
Puede que mañana
sea distinto
y me tengas suplicando
por otra oportunidad.
A pesar de todo tengo
la simple elección
de mandarlo todo al carajo.
Pudiste cambiar
por completo mi vida
y sin embargo te importó
ser reconocida.
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