Es mi eterna penitencia
con los ojos dilatados
miro al abismo
tratando de encontrar la verdad.
Quisiera no estar
tan condenado
a este triste andar.
en los cielos
plagados
de destellos fulminantes.
Tras los mares de carne
las calles pronto
se quedaron vacías.
Encendí un cigarrillo
y continué mi camino
sin rumbo
sólo soy un observador.
Con la mirada fija
en las siluetas
de la ciudad perdida.
Y escuchaba al agua caer
ahogada por miles
de suspiros dolientes
al rededor.