para seguir con las lágrimas
que te veo dejar atrás.
Dime que aún me extrañas.
No esperes que suceda
otro de esos milagros.
Ahora es cuándo
de verdad te necesito.
Nunca te importará.
Lo sé bastante bien.
No dejes de avanzar.
Aquel legado prohibido
está en tus manos.
Entre tus manos
se encuentra aquello
que nadie ha podido
arrebatarme.
Aquel tesoro
que te hace ser
la única que importa.
Lo suficiente cómo
para ser mi salvación.
Sé que puedes
escuchar mi súplica
más allá de una
simple escusa.
No pretendo
arrepentirme
pero al menos
recuperaré aquello.
Que el odio
se ha encargado
de arrebatarte.
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