Tal vez mañana.

No fue hasta 

el más cercano

27 de Agosto

o un poco antes.

Que volviste

a mis cantos ebrios

y el sueño volvió

ante mis ojos.

Dime que sigues

odiando a esta ciudad

y marchémonos tan lejos

cómo el puerto permita.

Que la vida nos machita

mientras el destino

siga sosteniendo los hilos

y la tinta no sea  nuestra.

Cantemos entonces

un himno a la pérdida

que hemos de sufrir

antes del despertar.

Una última

canción de cuna

antes que las llamas

hagan su trabajo.

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Te ruego que vuelvas.

Ella se ha marchado
desde hace demasiado tiempo
y deberías de saber que

mis palabras son más

que un simple lamento.

Ya lo he sentido antes.

Déjame colarme dentro

de tus más oscuras pesadillas

y déjame mostrarte el camino

que debemos seguir para 

intentar frenar el horror.

Dime que aún estás viva.

Hay tantas cosas que 

quisiera poder mostrarte

y de alguna manera lograr

hacerte saber cuánto

te necesito en realidad.

Puedes leer mis intenciones.

Alejarme de ti ha sido

el peor error que he cometido

por el simple hecho de que eres

aún más de lo que imaginé

al llamarte mi hermana.

No me abandones ahora.

Te necesito más que nunca

y sé que ésta es la única manera

en que puedas llegar a escuchar

mi voz en tu cabeza clamando

por tu cálido y dulce seno.

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Desperté entre tus piernas.

Ya he puesto

una bala sobre mi cien

y disparado.

¡Oye Adri!

¿Te molestaría 

si suelto lágrimas

dónde solíamos

encontrarnos?

Querrás ver esto.

Después de tantos años

he encontrado un motivo

para ser un buen profesor

cómo siempre soñaste.

Nada podrá separarnos.

Dime que te enorgullece

la porquería en la que

me he convertido

y vuelve a sonreír.

Bien sabes cuánto me importas.

Puedo llegar a desperdiciar

mi vida por completo

pero en tus manos

está mi salvación.

La dulce muerte.

Dime que es 

el momento apropiado

para mostrarte

todos mis trucos.

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Ultima estación.

Acércate al fuego

y deja que su luz te consuma

hasta que tu nombre deje 

de tener sentido.

No temas ante el hecho

de perder tu identidad.

El sistema ya

se ha encargado de eso

y sinceramente ese

no es mi trabajo.

No te distraigas con

simples nimiedades.

Tan sólo mira cómo

muevo mis manos

y hago aquellos trucos 

con los que me recuerdas.

Mira cómo es que hago

aquello que siempre soñaste.

Convertir el día en noche

no significa nada cuándo

tienes entre las manos

un nuevo universo.

Y dé repente recuperarte

vuelve a ser posible.

Sabes bastante bien 

cuán necio puedo ser

cuándo de verdad

llega a importarme.

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Déjame morir.

Aléjate mientras

aún puedo recordar

cómo es que luce

tu estúpido rostro.

Aquello que asecha

bajo las estrellas.

Aquel cálido sentimiento

que poco a poco terminó

convertirse en una

enfermedad degenerativa.

Seremos mutaciones

en carne muerta.

Espero tan sólo sobrevivir

hasta alcanzar el clímax

de la tétrica historia

que nos asecha.

Pensar en algún futuro

no es más que fantasía.

Así al final sólo

nos queda nuestras

peores debilidades

cómo un simple requisito.

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Juegos mentales.

Recuera aquella noche

justo antes de que me quebrara.

Justo antes de volverme

el cruel desgraciado

que merece tu odio.

Intenta seguir mis pasos.

Tan sólo quiero mostrarte

el otro lado de la historia

y tal vez entonces dejes

de considérame tan malo.

Estoy seguro de que aún tienes

mis incidentes marcados en la memoria.

Desde la fuerza desmedida por el vodka

hasta cuándo derribaste mi mundo

y pude contenerme.

Sé que no merezco

afecto alguno y me mantendré

al margen de tu vida.

Pero no hay nada que me haga

detenerme ante el instinto

de derramar el arrepentimiento

en versos nefastos y aburridos

en los que sólo lloriqueo

por algo que ya se ha olvidado.

Bueno; Que ese sea mi legado entonces.

Arroja mis cartas y mis poemas

al basurero al que pertenecen

y dime que al fin lograste

deshacerte de mi.

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Bajo mi piel.

Ella era aquello

que en mi maldita vida

pudiera llegar a desear

y de alguna manera

termino perdiéndola.

Yo sé bien qué es mi culpa.

No necesito que nadie

se atreva a señalar

los errores que me han forjado

los malos días en que he pasado

buscando tu perdón.

Tal vez debería desaparecer.

Sin embargo no volveré

a cometer el mismo error

que me hizo perderte

y desatar el infierno.

No intentes seguirme.

He de destrozar mi corazón

hasta el punto de volver

a sentir que existe

esperanza alguna

a la cuál aferrarme.

Nunca tuve oportunidad.

Pero al final encontré

en tus reclamos

aquello que le daría

un poco de calor

a mi asquerosa vida.

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