díganle que no puedo
dejar de escucharla decir
cuánto me odia.
Lo tengo merecido.
Nunca he estado limpio
y es por eso que puedo
ver la oscuridad
que intentas ocultar.
Eres mi creación.
Soy el juez perfecto
puesto que no se trata
de mi voluntad
lo que intento cumplir.
Sólo soy otro condenado.
Tus idolos
me han convertido en algo
que a penas se parece
a tu recuero.
Para ayer es tarde.
Si quieres intentar
hacerme despertar
de este letargo al que
me he condenado.
Nada te detendrá.
Tan sólo debes creer
que en algún momento
habré de volver
cómo alguien nuevo.
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