Nudos de tela.

El afecto vespertino
en la que cualquiera puede caer
ser hipnotizado
y vender su alma
por menos que nada.

Dejen a los lunáticos
abandonar este mundo
si es su deseo.

Día y noche
hemos de ser atormentados
por las luces.
Sólo queremos
apartarnos del todo.

No entiendo por qué
no hemos de ser tan
libres como cualquiera.

Conozco a un par
de desdichados observadores
que desde un pedestal
decretan como
se supone que debamos vivir.

Hay quieren recorren
tierras fuera de nuestra
limitada comprensión.

Ya es suficiente
con escuchar el agobiante
discurso del sol
como para prolongar
nuestro martirio.

Quizás.

Casi puedo comprender tu miedo
pues la muerte sólo no no es más
que el mayor enigma de este plano
pero el tiempo se encargará
de hacerme comprender el vacío.

Pero muy pronto
dejarás esas dudas atrás
después de un minuto de terror.

Pero todos sabemos que en realidad
mereces un castigo mucho peor
pero no creo que sea posible
encontrar a alguien tan cruel.

Todo habrá terminado
y el vacío será lo único
que puedas encontrar.

Puede que al final del día
el peor castigo sea liberarte
y dejar que tu misma te dirijas
hacia tu peor pesadilla.

Cada despertar es sólo
otro patético intento
por escapar del karma.

Dime como crees que pueda
llegar a decidir ayudarte
si el espectáculo es magnifico.
Tu conoces muy bien mi precio
y no creo que quieras pagarlo.

Marea.

La vida puede llegar a ser peor
cuando observas tu pasado
y este te muestra los vástagos.

De las tormentas pasadas.

Sólo otro mal recuerdo.
Un trago me hará olvidar
y todo pasará muy pronto.

Ya estoy acostumbrado.

Pues si algo he aprendido
es que la soledad será siempre
la única que siga a mi lado.

Eso no es tan malo.

Después de todo le debo
mi deprimente y taciturna voz
a la tormenta perfecta.

A quien conserva mi alma.

Mientras me mantenga
con la cabeza en alto
no importará cuanto llueva.

El tiempo me ha enseñado
a soportar crueles tormentas
y frenéticos huracanes.

Placebo.

No sé
a quien quieres
engañar
cuando muestras
tu falsa sonrisa.

Me gustaría saber
    si es a mi a quien buscas
  sólo para darte la espalda.

Una vez más.

No esperes
que vuelva a sonreír
al mirarte
tan resplandeciente
como recuerdo.

Pero todo termina
         y el paraíso perdido
    dejó de importarme.

Pero al final.

Todo cambia
al conocer la verdad
oculta
en miles de mentiras
y felices días.

Sólo dime
la más cruda verdad
es lo único
que queda por hacer.

Terrible decisión.

Seré tu peor recuerdo
si es que me lo permites
después de todo sólo existo
para propagar está peste.

No es novedad
que mi sangre sea veneno.

Conociendo mi esencia
no podría ser de otra manera
puede resultar lamentable
pero esa es la verdad.

Yo estoy tan decepcionado
como cualquiera
que me hubiera visto
reclamar las alturas.

Una caída en picada
te fuerza a cambiar.

Sólo basta con atreverse
a desobedecer la realidad
para que el mundo olvide
mi historia y mi legado.

Eso sería lo mejor
pero debo resistirme.

Sueño diluido.

Me he quedado sin motivos
para volver
a la ciudad paraíso.

He perdido la fe
y la esperanza también
pero eso nunca será
nueva noticia.

La luz ha abandonado mis ojos
y ahora sólo
queda un eterno vació.

Quisiera arder nuevamente
pero lo cierto es que tampoco
me queda energía suficiente
para mantenerme de pie.

He de pudrirme entonces
bajo las sombras
de una muerte lenta.

Ese ha de ser mi castigo
por atreverme a darle la espalda
a la única oportunidad
que he tenido.

Sólo debo olvidar la manera en que
lucía su delicado rostro
al mirar los astros incandescentes.

Una condición.

Bajo el puente
donde solíamos
observar ingenuos
el horizonte
y soñar.

A pesar de haber cambiado tanto las cosas
sigo vagando el mismo rumbo
esperando encontrarme de cara al pasado.

Camino sin descanso
desde el gélido amanecer
hasta la noche
obscura
y solitaria.

Pues sólo la luna será nuestra testigo
mientras que en algún lugar
el pasado vuelve para atormentarme.

Cuando un par
de almas descarriadas
conocen al fin
su triste destino
y mueren.