48:72

Baila la polilla
esparce el fulgor
Bailotea en el viento
de aquí
a allá.

Luz en noche nublada
esperanza inutil
susurro de lo que llaman "felicidad".

Falcedad
derrumbe
roto
   por siempre.

Se desgarra la realidad
en un suspiro
largo y desdichado.

Dulce ilución
se aleja en su suave aleteo
el fulgor desaparece
todo
termina.

Ridícula.

Caer de los viejos tiempos
el mañana
como siempre incierto
hoy es un buen día
        para morir.

Conozco pocas cosas que valgan la pena
sólo un puñado de razones
                me mantienen cuerdo.

Quisiera estar tan ciego
como las viejas
promesas olvidadas
    nada de ello importa
no ahora
           nunca más.

Sólo queda un cascarón sin alma
puedes fingir que nada pasa
         es esta danza mortal.

A la que nos hemos condenado
desde tiempos
            inmemoriales y bastardos.
Borrados de la existencia
mas la peste
     nunca morirá.

                        ¿Qué esperas?
          ¡Ríe conmigo!
¡Esto es lo que tanto deseabas!

Desastre.

Canta la noche
entre penosos melodramas
y una que otra, aberración.

Canta el viento nocturno
ente los más obscuros
escondrijos.

Canta y suspira
Noche, velo obscuro
del frío seductor.

Misteriosa
acogedora obscuridad
reluciente luna.

Cantan los espectros
cantan los demonios
canta el humo del cigarrillo.

Sólo para de nuevo volver a caer
en este intento de realidad.
Canta la melancolía.

Invocación.

Levanta

ante los astros

el pulmón sangrante

de la prostituta 

ofrenda al viento negro.

Despierta.

Madre de las plagas

e inquietudes obscenas.

Madre de fruto maldito

devora huesos

consume cadáveres.

Despierta.

En el lejano reino obscuro
donde todo
pareciera no poder terminar.
Musa de los dolientes
suicidas y desesperanzados.

Despierta.

Suspiro.

Y renació.
Se perdió en el destello consonante de esas pupilas chismosas que aparentemente algún día intentará olvidar.

Dual.

En la nebulosa sombra
la sombra
de ojos carmesí
y fúricos colmillos.

Oculta...
tras los seductores recuerdos
aviva la ira.

La desesperación consume

Es la polaridad
la dulzura y el recuerdo
     un atardecer
         bajo la tormenta.

Es hora de ir a casa
ya es demasiado frío.

Habla.

Sabia bruja del este
viento, peste e inmortalidad.

Enciende las velas
alimenta el delirio
y la obsesión.

Entre lamentos e intentos de suicidio
el engendro del odio.

Detén el latido
del corazón negro
el dolor es demasiado.

Guía mi voluntad
entre el bosque de la dulce muerte.

Revela los secretos
del profundo Averno
muestra el camino.

Túnica negra y hebras de cobre
la bruja del este.