Paredes.

Escuché a miles de voces
aclamando a la hipocresía y a la muerte.

El mierdero cabaret citadino
tan molesto y real.
Tiempo, Espacio
debo abandonar a Falsa ilusión.

¡Dame una descarga andes de que sea tarde!
El fuego purifica.

Tomaré otra pócima y luego dormiré
lo único que puedo hacer
atrapada en esta mente rota.
Un universo de cristales rotos
comprimiéndose, listo para desaparecer..

Al menos
esta vez
no estoy solo.

Desahogo.

Vuelvo al pasillo congelado
a aquella mística celda
Mi gélida habitación
       vacía
            muerta.

"Por alguna extraña razón esto es lo mejor
estoy acostumbrado
la típica rutina del desprecio ¿No?"

Algo suena en la lejanía, en la libertad
debo abandonar esta vida
pero primero
              llamas
                  rojo.

"Caos caos, dulce caos
caos, caos, tal vez fui muy lejos
caos caos, Nada importa si estás roto."

Suena la alarma contra incendios
nada importa ahora
El fuego alimenta
        consume
                odia.

"¡Despierta!
¡Es hora de sentirte vivo!"

"Aunque sea un segundo"

Rito

Alma sepultada en concreto
extiendes tus brazos desde el techo de mi habitación

Golpean mi pecho
arrancan pulmones
manosean mi cerebro.

Tu pena o mi culpa a estas alturas no sé la diferencia
pero detente, déjame dormir.

Las mañanas son mejores
para tratar de destruir
morir y renacer.

Beberemos sangre
 a las tres en punto un ancestral brindis, una ofrenda de paz

El exilio.

Encontré al mejor maestro
un antiquísimo canto abisal
dulce soledad
odio
y desdén.

Despierto y sonámbulo, una mezcla rara entre la realidad
y los constantes terrores nocturnos.

Autolaceración, alcohol
y la siempre subestimada locura.
Aun
encadenado
y moribundo.

Los gritos del desesperado "yo" suenan.
...apenas.

Salomé viene por mi.

Inicia la casería de brujas
de todos modos, siempre he sido culpable
acepto la hoguera
sólo sé rápida.

has que el juicio sea corto
es abrumador oírte hablar
y tomarme cual demonio.

Debería pedir clemencia
un milagro
dulce, dulce salvación.
¡Pendejadas!

Trae el fuego.

Gitana.

Cual figura de arena devastada
azotada por el viento, me derrumbé.
Enloquecí, el tiempo y la vida
perdieron todo su brillo.

Ella es lo último que queda
de mi.

A través de un agujero en mi celda
puedo verla bailar.
Las nubes, las estrellas
constelaciones y planetas se maravillan.

Ella es lo último que queda
de mi.

El exilio en esta celda acolchonada
es cansado, agotador
más la gitana pálida
... falta poco para su llegada.

¡Bum!

Observo
el asqueroso piso de este vagón de metro.

¿Dónde estoy
Pino Suarez, Coyuya
el jodido San Antonio de los pinos?

Nada de eso importa, no ahora.

Solía estar atado
a lo que la gente llama vida.

"Es hora de volver a dormir"

Dicen las pastillas
no importa.

Esto de caminar sin rumbo
motivo, preocupación o verguenza

siempre ha sido mi estilo.

Detesto controlarme
ansío el fuego y el horror.

Imagen generada por I.A.

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