lunes, 6 de julio de 2015

Hablando con otro soñador

Me salve a mí mismo
Como una golondrina escapando
de una sanguinaria zorra
¡Y lo he perdido todo!

Me burlé de mis defectos
cual bufón de la corte real
persiguiendo un salario
¡Y lo he perdido todo!

Me he quedado solo
¡Ho No!
Realmente doy risa
¡Ho No!
No me soporto.

Traté de golpear las puertas
de la magnífica eternidad.
ya ni siquiera puedo levantarme.

Ese es el precio de los sueños
pero, el sueño no muere.
Solo el soñador,
que sin dudarlo ni un segundo
se decidió a volar.
Con unas sucias alas de marfil,
quiso estar con las estrellas.

Los sueños hacen arder el alma,
no sé si sea bueno.

Soliloquio

¡Hey tú!
Parado en la calle
¿A quien buscas?

La mañana se ha ido para ti.
Y sigues parado
como si algún ángel
viniera a ayudarte.

¡Hey tú!
Llorando como un bebé
¿Qué has perdido?

No nos deprimas a todos
¿Acaso no sabes
que esa es una broma de mal gusto?

¡Hey tú!
Hablándole al cielo
¿Qué es lo que sueñas?

¿Acaso han roto tus sueños
y él es el único que

escucha tus penas?

Caminata sabatina

Como la última vez
que trate de salir a la calle
y encontrar algo interesante
me pondré mis tenis verdes.

Porque sé habrá algo para mí
tal vez una lección de vida
o una moneda de a peso,
tal vez tenga suerte y un buen recuerdo
se asome en mi camino.

Soñaré con ser libre como el viento
mientras camino contra él.
Trataré de seguir mi camino
y si algún pequeño problema surge
me haré bolita.

La verdad esta escondida en los arbustos
del verano pasado
y en los recuerdos perdidos

en las piezas del dominó.

El adiós

Querer volar a las estrellas
y quedarme allí como una mancha
de tinta vieja y oxidada.

Si alguien se levantara en la noche
gritando mi nombre.

¿Podría soportar decir que
las estrellas
son inalcanzables?

¿Seré esa huella en la arena
lágrima que el cielo dejó caer
para recordar que un hombre estuvo aquí?

Como si algo importara
después de que lo nuevo
me empuje al vacío al olvido.

Sí, he pasado la línea de la vida.
He vuelto para dar
un último respiro en la tierra.

Donde vi la luz y la obscuridad.
Donde sentí mi sangre fluir y derramarse.
En un último grito desesperado
desde lo más recóndito de mi alma.

Pero, incluso la luna ha partido
y la noche no puede ser más obscura.

Montare la tempestad y me iré como
una mala noticia que nunca se verificó,
así como las almas se marchan

para jamás volver.

Las pesadillas

Pude sentir el calor negado,
el calor faltante.
Aquél que no trae la carne.

Siento paz sin estimulación
aunque, siempre la necesitaré,
es el costo de ser pendejo,
pero a nadie culpo,
fue mi decisión.

Una simple fumada
trae consigo una herida.
Una que se siente en el alma
una que me aprisiona día con día.

Y aunque el cielo sea azul
y el pasto verde.

Todas las noches despierto,
despierto con esa imagen
acosándome.

Este arrepentimiento
es merecedor,
de algún círculo infernal.

No puedo evitar
retorcerme en cada uno
de los pecados habidos

en mi pasado.

Un día en mi vida

Cargando una pena
como si fuera una cruz.

Cargando un sueño
Como si fuera un muro de piedra.

La vida no es nada
pero aun así lo es todo.
Tu propia flor en un jardín,
Tus pies en la arena del mar.

Cargando una limpia esfera de paz
en medio de la Segunda Guerra Mundial.

Cargando una ilusión
en la calle de la desesperanza.

La vida no es eterna y mucho menos suave
debería de abrazarla.
Y dejar de apegarme a la muerte
como a una prostituta
de grandes senos.

Pero vendrá el día, vendrá el maldito día,
En que llore

por lo que no pude hacer.

Primavera otoñal

Como si fuera otoño,
siento la brisa acariciando mi piel
con néctar dulce de ayer.

Los músicos vuelven a tocar
las melodías más dulces
las que como si fueran
un té de hierbas
me hacen sentir bien.

Las hojas caen de los árboles
como si estuviesen bailando,
como sacerdotes y sacerdotisas
alrededor de una hoguera.

El pasto tornose
en manos que sobaban
cada parte de mi cuerpo,
como si fuesen

las manos de bellas geishas.