sé que estoy infectado con esta
estúpida maldición que yo mismo
he vertido sobre mi alma.
Eres lo que merezco.
No lo que quisiera.
No lo que quisiera.
Mucho menos lo que
se supone que debería
significarse un vínculo
tan destructivo.
En mis noches
sin descanso alguno
sigo visitando aquel
viejo lugar olvidado.
Los verdes prados.
Las profundas lagunas.
Las pocas señales
que pude llegar a darte
para hacerte saber
cuánto te necesito.
Soy un mal augurio
y mi nombre no debe
jamás ser pronunciado.
Soy fuente de desgracia
y el ás grande arrepentimiento
que pudiste llegar a sentir.
No importa en realidad.
Los placeres, los suplicios.
Simple venalidad dónde
siempre termina ganando
el viejo juego del
lastimero pobrecito.
Cómo si acaso necesitara
ver más casos de miseria.
¿Sería demasiado pedir
cambiar un poco el juego
y simplemente dar
el próximo paso?
Imagen generada por IA
https://dream.ai/create
No hay comentarios.:
Publicar un comentario