en tantos cuerpos
y sonrisas.
Que no puedo
recordar.
Tan sólo escucho
como me dices
"hasta nunca".
El dolor nos trasformó.
Pues cuando
volví a sentir tu pulso
no existía aquello
que tanto amaba yo.
Viste como
es que terminé
por quebrantarme.
Nunca me perdones.
Todo ha sido mi culpa
y no puedo hacer nada
para remediar el daño hecho.
Estoy demasiado lejos
como para tan siquiera
intentar acercarme
más allá de mi nefasta voz.
Más me vale hacer realidad
el mayor de tus sueños.
No me queda más remedio
que hacer de aquello
que se niega a morir
algo que exista más allá
de cualquiera de nosotros.
Tal como merece
algo tan puro.
Clávame otra estaca
que el dolor me hace
escribir mucho mejor.
La inocencia perdida
nunca habrá de resplandecer
en tus negras pupilas
y es mi culpa.
A través de este dolor
me hiciste la mejor versión
de lo que nunca fui.
Déjame mostrarte
cuánto me importas.
Que mi sangre sea la tinta
que haga nuestra historia
algo inmortal.
Imagen generada por I.A.
https://www.wombo.art/create
No hay comentarios.:
Publicar un comentario