Al disipar los llantos y las rasas
mi mundo no sólo ha muerto
se ha corrompido de tal manera
en que lo impensable se vuelve real.
Cae la noche prometida
para el júbilo asesino
que carcome mis ansias.
Las alucinaciones se han vuelto
cada vez más fuertes y terribles
como si algo me advirtiera
que nada bueno se aproxima.
Ha aparecido un nombre en la pared
uno que nunca creí volver a ver
su nombre... tan sólo eso basta.
He caído tan bajo en esta búsqueda
por llenar el vacío que sé que ambos
sentimos en en interior de toda fachada.
¿Qué debería hacer entonces?
Ya estoy bastante jodido
y honestamente no me importa
lo que me pueda pasar.
Cualquier cosa es bienvenida desde
que terminé por explotar con violencia
y junto con eso firmar mi sentencia
y aquello que siempre me perseguiría.
Recuerdos desperdigados en la nada
y basura sin sentido haciendo estática
es lo que me rodea día con día.
Como si necesitara más motivos
para detestar esta vida y aquello
que se presenta junto con el despertar
y abrir los ojos en la mañana.
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