logres entender
estas ansias.
No será hasta el día
en que mueras.
Sentirás
la misma desolación
que nosotros.
Ignorados por un dios
cruel y negligente.
Pero bueno.
Qué podría esperar
de alguien como tu.
Quien incluso en sus noches
de amarga soledad.
No podrías
llegar a imaginar
el vacío.
De un mundo insípido
pero venenoso.
Inclemencia
para los sentidos
de los condenados.
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