Sentado en el borde de la vida,
así lo vi aquella vez…
Preguntándose donde quedó su valor,
si le temía a la vida
no lo sabré.
Desde la carretera, lo vi,
Me detengo un segundo, desaparece.
Quiso detener su canción
demasiado pronto y sin voltear atrás.
Los sinsabores de la vida
ya eran sus amigos más constantes
y aun así los seguía odiando.
Desde la carretera, lo vi,
Me detengo un segundo, desaparece.
Entre carcajadas y palabras estúpidas
lo logre ver más disuelto, borroso
y moribundo…
El no debió haberse ido
si sólo fue culpable de su adicción.
Desde la carretera, lo vi,
Me detengo un segundo, desaparece.
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