El ronquido espeluznante,
algún terror nocturno.
Una pendeja sombra
acosa desde afuera.
¡Que algo la detenga!
Siento mis palmas frías
un frío doloroso…
Quisiera llevarlas al fuego.
Un ángel me visita
cada noche, y es hartante.
Estruja mi pasado
hasta sacarle todo el sabor
a dolor y arrepentimiento.
¿Puede que sea un demonio?
¡Hey! No pretendas
consolarme, con una mirada.
¿Por qué no curas mis heridas?
Tengo un nuevo malestar
y no una cura, un calmante.
En un espiral o remolino
se va mi vómito.
Deseo descender junto con él.
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