Mis manos.

De nuevo me encuentro

hundido en miseria.

Grito tu nombre.

Mientras mi voz de ebrio

siga sonando no necesito

la caridad de nadie.

He visto horrores

en campos oníricos

que supuraban locura

y desesperanza.

Fractálicos horizontes

muestran otro mundo.

Lejana realidad

a la que pocos

suicidas

y dementes

han acudido.

Puedes tomar mi mano

que indulgentemente se postra 

invitándote ansiosamente.

Respira hondo

antes de ver el caos.

Hace mucho

que no te he visto

y no sé qué tan resistente

puedas resultar.

Necesito que sufras

hasta hacerte

rogar la muerte

y traerte a la locura

a la que me condenaste.

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No me importas lo suficiente.

Quieres el control
pero no comprendes
aquello que mueve
mis latidos.

No intento

comprender

la mierda

que pasa

por tu mente.

No soy cómo aquellos

simples imbéciles

que tanto adoran

ver tus tetas.

Sé que

tu ego

te hará caer 

sin que 

yo interfiera.

Y para ser honesto

incluso cuando aquello 

hubiera sido tan doloroso

cómo en realidad mereces.

Ha dejado

de importarme

cómo es que

termines

muriendo.

Tan sólo aléjate

que ya estoy cansado

de escucharte

culparme.

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Me basta un segundo.

Sabes que estoy asustado

y nunca podría acercarme.

Pero todo cambia.

Ya no puedo esperar

para volver a encontrarte.

Sé qué es algo indeseable

pero aquí estoy.

Debí saber que nada bueno

podría llegar a pasar.

Pero te tomé la palabra.

Esta asquerosa suerte

que me lo ha dado todo

suele llegar a ser tremenda

hija de vil puta.

Debería traerte de nuevo

tarde o temprano.

Eres fruto del dolor.

Porqué desde que te conocí

mi vida valió la pena

y al fin encontré

mi propósito.

Pues eres libertad.

Rusalka adorada.

Ninfa de lágrimas.

Que mientras respire

seguiré adorando

el simple sonido

de tu linda voz.

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Sin embargo pasará.

Una estúpida decisión tras otra

simplemente no puedo dejar atrás

aquello que me hace ser tan libre.

De verdad quisiera " merecer tu tiempo"

pero estás demasiado ocupada intentando

aprovechar lo que puedas conseguir.

Haberte conocido habrá de ser o mejor

en esta vida de mierda y te agradezco

por regalarme un trago de tu sangre.

Cuándo todo termine podré decir

que he metido mis manos en aquel paraíso

que ilusos sueñan con tan sólo conocer.

Porqué "Inexistente" sigue provocándote

aquellos estragos del plano onírico que tanto

han de hacerte gritar en malas noches.

Sin embargo nuestro tiempo nunca terminó

y no hay nada más que necesite

que el simple timbre de tu voz.

Grita mi nombre una vez más

y hazlo hasta que al fin termine

por encontrarme frente a ti.

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Esta promesa.

En cada bocanada de humo

y toda gota de alcohol.

Todo ha cambiado desde qué

contemplé el abismo.

El final de la cordura

llega con el crepúsculo.

La efímera alegría

fue haberte conocido.

Tras haber recorrido

los desiertos oníricos.

Pretenderé que estoy bien

para poder verte sonreír.

Cuándo todo esto termine

sabrás dónde encontrarme.

He soñado con el momento

en el que la luz vuelva.

Verás todas mis cicatrices

pero estarán cerradas.

Con un fuego fatuo en mano

y un pentagrama en el pecho.

Siempre quise que volvieras

y aún mantengo la esperanza.

Tan sólo te basta con llamar

y estaré frente a ti.

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Ojo de tormenta.

Toma un momento

y respira profundo

antes de voltear

a ver mis heridas.

Prometo que nada

serpa lo mismo.

Por qué las voces

no paran de repetir

tu nombre.

Ninfa de los mares.

He pasado noches

de interminable arrepentimiento

con el único deseo

de volver.

Eterno resplandor

de tiempos mejores.

Lejos de la tormenta.

Sólo me queda el pasado

que ya se ha ido

cómo único consuelo

para aquello en lo que

me he convertido.

Aunque perdóname

pero no puedo

soltarte.

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Te estaré observando.

En horas oscuras

no se haces esperar

los pulsos mortales.

Beberé veneno.

Me inyectaré mercurio.

Jugaré al ahorcado.

Me tragaré una bala.

Pues mi voz nació

cuando era tan sólo

un cascarón vacío.

Arranco mi carne.

Quemo mis nervios

Bebo veneno.

Corto mis brazos.

Hundido en desesperación

cargo con el peso

de todos mis pecados.

Arrastro los pasos.

Golpeo mi cabeza.

Quiebro mis huesos.

Prendo un cigarrillo.

Hasta que aquella

dama pálida y gélida

grite mi nombre.

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