y siempre intenté mantenerme real
estando contigo.
Sin embargo
te fallé.
No necesito justificarme
puesto que no existen palabras
que tan siquiera suenen
convincentes.
Cuando miraba
detrás de tus ojos encontraba
un motivo para vivir.
Todo se ha ido
al carajo.
No tengo derecho alguno
de pedirte perdón
ni mucho menos
mirarte a los ojos.
Te he dañado
de tantas maneras que merezco
el eterno olvido.
Sin embargo
aquí me encuentro.
Añorándote de nuevo
como si se tratara del primer día
en el que nos encontramos
con la felicidad.
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