Entrañas.

La culebra jazzista
tenía mucho cáncer

y no podía respirar

Ella conoce mis secretos

Los títeres cantan
sobre una rana suicida

y su saxofón.

Invoca a la tormenta.

Seis velas negras

completan su camino

a la obscuridad.

Al sonar la quinta

y ultima campanada.

Cuando el viento

al fin sea callado

en las más gélidas

de las noches.

Debo silenciar a la comadreja.

Nadie debe ver

lo que se oculta

bajo mi sonrisa.

Malicia.

Corta mi piel
mientras aun es posible.

Sé lo que esto significa

para ti.

No podría importarme menos.

Deberás creerme

cuando te digo que

al fin he dejado atrás

este cuerpo.

Beso tras mordida

saborearás mi enfermedad.

¿Creíste acaso

que podrías librarte

de aquello que caza

almas descarriadas?

El pesimismo es racional.

Me he encontrado tantas veces

ante las puertas del paraíso

que han perdido todo su encanto.

Cargo con esta

insufrible maldición

desde el día en que al fin

conseguí "ayuda".

No me importa

ser egoísta y desgraciado.

Sé que mientras no esté

completamente libre

podrás estar apartada

de la crueldad latente.

Indefinido.

Simplemente no sé
en dónde me encontraba
en ese entonces.

¿Es difícil creer?

Muy pocas sosas

han cambiado en realidad.

Por desgracia.

Pedir ayuda es inútil

Mi debilidad

me ha traído hasta

el fin del mundo.

Sólo el averno me espera.

Sin nada qué perder

no existe motivo alguno

para mirar atrás.

Después de todo he crecido.

Existo bajo la tenebra

cual sueño persistente

en cielos tormentosos.

Cual enfermo degenerado.

Me he vuelto uno

con mis profundos temores

y la eterna obscuridad.

Sólo esperaré a media noche.

Terminaré con nuestras vidas

con la misma crueldad

que me has mostrado.

34:01

Todo comenzó
como un terrible sueño
en donde mis grandes anhelos
desaparecían por siempre.

Un largo suspiro

estruja mi respiración.

Necesito de tu esencia

directamente inyectada

en una me mis desagradables

y nauseabundas arterias.

¿Acaso puedes sentir

como mi pulso desaparece?

Es difícil ver el resplandor

cuando las sombras al fin

han consumido el corazón

sumergido en tenebra.

En un giro inesperado

lograste salvarme.

Me he quebrantado

de tal manera en que todo

ha perdido el encanto

y cualquier maravilla.

Ahora intenta decirme

como me debo sentir.

Creo que ya no hay nada

que pueda detener mis manos

al escuchar tus dulces

y enloquecedores gritos.

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Desvivo.

Nunca le he sido leal
a absolutamente a nada

que no fuera yo.

En ecos fantasmales

los suspiros olvidados

recobran toda intensidad.

El añoro es sangrar

por cada orificio.

El dolor es lo único

que llega a tener sentido

en este abismo sin fin.

La promesa de venganza

es la única luz viviente

en el oscuro universo.

Es imposible olvidarlo todo

cuando el dolor es tan fuerte.

Sólo cuando el destello

termine por fulminarme

en el obscuro universo.

No esperes que me rinda

ante los designios del tiempo

y la eterna desgracia.

Recaída.

Todo es posible

tras el obscuro velo

de mil mentiras 

y una mirada vacía

Puedo convertir el sol en luna.

No sé qué hacer

cada vez que te veo

en esta u otra realidad.

Nunca estaré bien.

Tan sólo tengo esta

estúpida y pésima suerte.

Después de todo

estamos en el fin del mundo

y no habrá tiempo

de arrepentirse.

¿Qué quién soy yo?

Tal sólo aquel niño

que tras haberse perdido

al fin ha encontrado

como regresar.

No existe momento alguno

en que pare de buscarte.

No sé que se supone

que deba hacer ahora que

vuelvo a respirar

aire fresco.

Mírame.

Ya que al fin he explotado

cual engendro maldito.

Cargando miseria

en lo profundo del corazón

me presento ante los designios

de la titaníde.

Termina conmigo una vez más.

Pequeña gran tragedia

que a mi vida ha marcado

más que cualquier tipo de dolor.

Soy yo el asesino que buscas.

No sé cuanto podré

soportar esta espera.

Cada día que pasa

junto con cada paso que das

los espasmos empeoran.

No puedo permitirme

dejarte seguir con vida.

No puedo controlarme.

Siento como mi corazón

está a punto de estallar

mientras que en mi cabeza

retumban los alaridos.