Esta noche
las luces tintinean
justo como aquella noche
en que vimos las estrellas
por primera vez en la vida.
Estoy tan inseguro
de lo que pueda pasarme
pero no me importa.
Hace mucho
que la suerte es traicionera
y el silencio se ha vuelto
el único amigo.
Tras una eternidad
bajo las arenas del desierto
todo pierde relevancia.
El viento
se convierte en castigo
de los dioses
cuando cargas
un corazón roto.
No hay nada como
aquellos momentos
en que pierdo la identidad.
Bajo las cenizas
de locura incipiente
y rencores ardientes
el agua es escasa.
He perdido mi nombre
y ahora no hay nada
que me cause dolor.
Puedes irte al carajo
si crees que esto
ha valido la pena
después de haber conocido
el eterno abandono.
Imagen generada por I.A.
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