Grieta.

No fue hasta escuchar
aquel antiguo e impío cántico
que comencé a observar.

Turbias sonrisas
emergiendo de la nada
para desvanecerse
en pocos segundos.

Supe entonces
que mi partida
de este mundo
era inminente.

Quisiera hacerte agradecido
por ayudarme a convertirme
en este ente sin vida.
Aunque todo está dicho.

Prometo no cometer el mismo error
aunque sé muy bien que
mi palabra es de poco confiar.

Analizarme.

No me mires con desdén
pues soy uno de aquellos dementes
que no pueden ver ese resplandor.

Abandoné mi vida
por una búsqueda sin sentido
y esto es lo que me queda.

No puedo sentir remordimiento
es demasiado tarde para eso.

Tampoco puedo permitirme
dejar de sentir frío.

Puede parecer una penitencia
pero después de un tiempo
no llega a ser tan malo.

Cierta vez re dije que no puedo soportar
todas aquellas patrañas.
De las que te sientes tan orgullosa.

Nada de esto es mi culpa
así es como se supone que sea.

O al menos eso es lo que quieres creer
cuando intentas limpiar tus manos.

Como debe ser.

No importa donde
siempre es la misma historia
de fracaso y abandono.

Simplemente supongo
que estoy tan dañado
como para poder
sentir algo distinto.

Pues ya no tengo tiempo
para desperdiciar
tratando de ser feliz.

A donde yo me dirijo
el amor se convierte
en una carga insoportable.
Es mejor abandonarlo.

Una lágrima.

Al fin he comprendido

que no importa

cuanto quiera

calmar este punzante dolor.

El afecto es debilidad

la peor de todas.

No puedo permitirme

caer de nuevo

en una trampa

del insidioso destino.

Quisiera creer en tus palabras

pero el tiempo ha hablado.

Es por eso entonces que

debo desvanecerme

sin dar un paso atrás

o mostrar arrepentimiento.

No esperes volver a verme

sonriendo con lución.

Colección de recuerdos, vol. III

Y mis lágrimas ardieron en mis ojos que anochecían cada que subía la mirada.
Mi alma pesó tanto que comencé a arrastrar las palabras
Y escuché romperse mi sonrisa.
Un crujido maquillado de susurro.
Le puse grillete a mis miedos.

Debí.

Hay algo muy mal en mi
no tengo mucho tiempo
para despedirme de la libertad.

He visto fragmentos de mi futuro
no importa lo que haga
sólo es cuestión de tiempo.

No quiero falsas esperanzas
ni palabras de aliento.

Por el bien de mi corazón
destruí todo lazo que me ata
a esta u otra realidad.

No pude soportar la idea
de infectarte con mi maldición.
Es lo único que puedo hacer..

No puedo permitirme
tal cosa como el apego o la ilusión.

Espero el obscuro porvenir
la promesa del mañana convertida
en otra de tantas mentiras.

Sólo puedo esperar el día.
Pues una blanca y acolchonada celda
es lo único seguro en mi vida.

El futuro nunca llegará
no para alguien como yo.

Al despertar.

Perdóname por quebrar

el implícito voto de silencio

y decir tu nombre

perdido entre las luces de la ciudad.

Llévame a casa, Querida

No puedo soportarlo todo esto

necesito estar solo.

Levanta mi cuerpo del lodo 

y partamos a donde

hemos de mirarnos

por una última vez.

No me importa abandonarte

sacrificar mi vida

o negarme algo presido al destino.

Sé que nunca te he dado

razones para confiar en mi

y tampoco para merecer

este último favor.

Cual siniestra presencia. 

Soy un mal presagio

no pertenezco a los buenos tiempos.