Quizas nuestra historia
no comenzó de la mejor manera
y terminó de tal forma que
no me arrepintiera tánto.
Ella pudo borrar cáda herida
pero lo único que le importó
fué ser adorada más allá de lo que
yo pudiera llegar a lograr.
Se acabaron los prejuicios
cuándo nos encontrábamos
bajo el efecto del alcohol
y alúna que otra chingadera.
Siempre hemos sido un par
de viles adictos añorando
una muerte rápida y sin sentido
que nos brinde inmortalidad.
Todo se volció oscuro désde que
aquella asquerosa secta
le dictó quiém debería ser
antes de mirarme.
Imágen generaada por I.A.
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