nunca lograrán
borrar las cicatrices
de tiempos lejanos.
No esperes que olvide
ni mucho menos que pueda
perdonar el daño hecho.
No le sonreiré al destino.
Nunca he sido alguien
que tan siquiera tolere
el esplendor de la ciudad.
He tenido mi merecido
ahora sólo me queda
vagar por siempre
bajo agua de tormenta.
Mis cicatrices se abren
con el tacto del viento
y las maldiciones que carga.
Mis pecados han despertado.
Es hora de borrar el pasado
dejar que la locura se esparza
cual malignos tumores.
Quisiera volver a ser
aquella masa sin mente
ni alma que perder pero ya
voy camino al infierno.
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